. Un hombre
llamado Juan Mann decidió llevar a cabo un experimento social propio. Se puso
de pie en una concurrida zona de Sydney (Australia) con un cartel que decía:
"Abrazos gratis" para difundir la alegría. Su campaña "Free
Hugs" provocó una tremenda respuesta fue prohibida por la policía. Pero
más de 10.000 personas firmaron una petición para mantenerla.
La
prueba del Malvavisco
En los
años sesenta el investigador Walter Mischel llevó a cabo una investigación con
niños de 4 años en la universidad de Stanford.
Le daba a
cada niño un dulce y una campana, les explicaba que podían tocar la campana y
comerse el dulce o esperar a que él volviera y obtener un segundo caramelo.
Solo un
30 % de los niños fue capaz de esperar los 15 minutos que se habían acordado.
La media para comerse el dulce era de 3 minutos, algunos niños ni tocaban la
campana ni esperaban a que se fuese el investigador.
Analizando
las respuestas se dio cuenta de que los niños con el nivel de espera más alto
tenían menos problemas de conducta en casa y en la escuela, menos problemas de
drogadicción y un índice de masa corporal más bajo.
Pero
¿cómo esperar al doble premio?
Mischel
entendió que la clave estaba en distraerse cantando una canción o jugando al
escondite; olvidando el deseo.
Esta
prueba muestra la frustración, la tentación, la perseverancia, la ansiedad y
todas las sensaciones que tenemos cuando queremos dejar de fumar o hacer una
dieta.
“ The Fun Theory” (La teoría
divertida)
Nos
aconsejan subir los escalones en vez de las escaleras eléctricas o el ascensor y muy pocas personas siguen este consejo que
es mucho mas saludable y no requiere un gran esfuerzo. ¿Existe alguna manera
para que un mayor porcentaje de las personas sigan este consejo?
Una
iniciativa de Volkswagen que se llame “The Fun Theory” (La teoría divertida)
trata de cambiar el comportamiento de la gente mediante actividades divertidas
y se enfocan en resolver este problema. Es por eso que realizaron este
experimento social:
Instalaron
un teclado de piano en las escaleras de un metro en Estocolmo, Suecia. El
objetivo era cuantas personas usarían las escaleras normales en vez de utilizar
las escaleras eléctricas. El resultado fue un aumento del 66% ese día de las
escaleras no-eléctricas. Probando que a veces si se puede cambiar el
comportamiento de la gente ofreciendo una alternativa más divertida.